LOS SUEÑOS SON MENSAJES DEL INCONSCIENTE

Nuestro cuerpo y nuestra mente registran absolutamente todo lo que es percibido por los sentidos, y gran parte de este contenido pasa al inconsciente, compuesto también por una herencia arcaica de experiencias y vivencias de nuestros antepasados. El inconsciente posee mucha más información que la mente consciente, hemos de escuchar sus manifestaciones. Nuestros sueños y nuestros síntomas corporales vienen para lograr el equilibrio psíquico.

Los sueños que tenemos son únicos, pues nadie más tiene nuestros antecedentes, nuestras emociones y nuestras experiencias. Cada sueño se conecta con su propia realidad. Los registros polisomnográficos revelan que existen modelos individuales y únicos en los patrones de sueño de cada persona.

La experiencia me ha enseñado que la exclusión en cualquier disciplina la empobrece y la integración nos aporta un mayor saber. Creo la importancia de la interdisciplinalidad y si sumamos las teorías de Freud, Jung y los psicogenealogistas sobre el inconsciente, podemos plantear varias cuestiones primordiales de esta fusión:

-Siguiendo la teoría sobre la fantasía de Freud, la experiencia clínica me ha indicado que estos acontecimientos traumáticos, si están en la fantasía del paciente, es porque realmente fueron vividos, pero por sus antepasados. Los pacientes tienen diferentes tipos de fantasías con poder patógeno: de abusos sexuales, de maltrato, de infidelidad o celos… sin que estos hechos tengan que haber ocurrido de verdad en sus vidas. Sienten la misma angustia, aparecen en sus sueños y los proyectan al futuro.

-Se puede intervenir sobre el inconsciente, utilizando su propio lenguaje: el metafórico, el de los símbolos. Si la fantasía tiene poder patógeno, también puede tenerlo sanador: se puede influir en el inconsciente con ayuda de imágenes sanadoras, a través de frases, rituales y visualizaciones.

Con respecto a la interpretación de los sueños, también hemos de tener en cuenta el inconsciente individual, el colectivo y el familiar.

El estímulo que origina el sueño se encuentra en un acontecimiento ocurrido el día inmediatamente anterior al sueño, aunque sea un acontecimiento que nos está esperando. Por ejemplo, un cumpleaños. Pero se puede soñar sobre cualquier época de nuestra vida o de nuestros antepasados, aunque el sueño tome elementos actuales.

Las tres teorías que hemos revisado, como ya he comentado, no son excluyentes, las podemos utilizar simultáneamente en la psicología clínica y en el trabajo con los sueños.

 

Ofrecen diferentes tipos de sueños y formas diferentes de interpretación:

1- De inconsciente individual:
Para interpretar este tipo de sueños se eligen las partes del contenido manifiesto que nos resultan especialmente llamativas. Se pregunta al soñante por las asociaciones que establece en ese momento: se le invita a que diga abiertamente lo que se le ocurra sobre esa parte del sueño, evitando en lo posible cualquier crítica (que no es otra cosa que una censura y tiende a suprimir lo más importante). Debe decir absolutamente todo lo que se le pase por la cabeza, por muy absurdo y sin sentido que le parezca, intentando no ocultar nada.

2 – De arquetipo:
Este tipo de sueños cumple su efecto sanador por sí solo. El arquetipo, el mito, sirve al soñante como ritual para afrontar o superar momentos que se van a vivir. Suelen ser historias muy largas y mitológicas (laberintos, pruebas, personajes como hadas, héroes, símbolos religiosos…).

El inconsciente colectivo tiene información sobre otras experiencias ya vividas y analiza muchos más datos que el pensamiento consciente. Da un mensaje de advertencia sobre algo que puede ocurrir, un mensaje premonitorio que permite la resolución de problemas cuando se proyecta hacia el futuro.

3- Del sistema familiar:
Se puede soñar con acontecimientos de generaciones anteriores. Los sueños señalan por ejemplo, literalmente, a algún excluido, y cuando se le incluye simbólicamente incorporándolo en la interpretación, observamos una disminución del síntoma.

El sueño nos muestra la identificación con un antepasado. O trae un secreto, un acontecimiento trágico del pasado.
Estos sueños se caracterizan porque en ellos aparece algún elemento antiguo, porque son sueños en blanco y negro o sepia. Suelen ser sueños que se repiten.

En ocasiones, en un mismo sueño pueden aparecer elementos de los tres inconscientes simultáneamente. Es importante tener siempre en cuenta las emociones que produce el sueño. A veces la principal información que nos aporta el acto onírico es la emoción.

En el inconsciente no hay tiempo ni espacio, lo que permite intervenir sobre él, modificando y resolviendo cosas pendientes de hace mucho tiempo. El inconsciente se puede reestructurar. Freud lo hace con las interpretaciones. En las Constelaciones Familiares se interviene sobre el inconsciente con “frases sanadoras” e imágenes metafóricas y simbólicas que el inconsciente reconoce. Se puede así sanar un desorden acaecido muchos años antes, o incluso en generaciones anteriores. En el trabajo individual con los pacientes también es factible restablecer el orden de la estructura familiar que llevamos en el inconsciente aplicando los Órdenes del Amor y aprovechando las imágenes de los sueños, y utilizando la fantasía y la visualización como herramientas terapéuticas.

Los sueños no tienen una interpretación determinada y exacta. No necesitamos concretar la interpretación. Es mejor dejarla abierta para que el inconsciente siga trabajando, para que el sujeto siga elaborando. Freud afirma que hay que tener en cuenta al soñante, que su teoría es una guía. En el trabajo clínico la transferencia con el paciente permite trabajar de inconsciente a inconsciente.

El sueño se interpreta en base a:
-El contenido longitudinal: lo que sé del paciente a lo lardo de las sesiones. Para ello se tienen en cuenta los datos personales y los datos del sistema familiar (genograma), así como los acontecimientos que le inquietan: cómo se encuentra en ese momento.

-El contenido transversal: lo que el paciente cuenta y expresa en la sesión, antes y después de narrarnos su sueño, está relacionado con este.

La terapia consiste en hacer consciente lo inconsciente (Freud) y en ordenar el sistema familiar, también incluyendo al excluido (Hellinger). El inconsciente trabaja de sesión a sesión, como un “ayudante” de la terapia.

Hay escuelas psicológicas que trabajan de otras formas los sueños y otras que simplemente los ignoran. Dentro de la corriente humanista la Terapia Gestalt plantea la interpretación, invitando al soñante a ponerse en el lugar de cada elemento del sueño y vivir las emociones desde ese lugar. Todos los elementos del sueño los asumimos como propios, aunque representen a otras personas, a ideas que no son nuestras o a lugares que no conocemos y las vinculamos a nuestra experiencia, las asumimos como propias.
Las terapias cognitivo-conductual y psicoanalítica tienen una comprensión lineal, porque se basan en el individuo y buscan la causa y el efecto. La terapia sistémica, al contrario. Tiene una comprensión circular, ya que no contempla tanto causa y efecto, sino sobre todo la influencia mutua de todos los elementos del sistema, tiene en cuenta el contexto familiar y de pareja, así como las relaciones entre los distintos miembros.

 

Alejandro Jodorowsky nos habla del acto onírico:

-Seguir viviendo el sueño mediante análisis, en estado de vigilia, a fin de ver a dónde nos conduce.

-Entrar en el sueño “lúcido” en el que sabes que estás soñando, lo que te da la posibilidad de trabajar sobre el contenido del sueño.

-Sueño terapéutico: dentro del cual la lucidez es utilizada para curar activamente una herida o consolar una carencia que se experimenta en estado de vigilia.

Jodorowsky nos dice: ya que soñamos nuestra vida, vamos a interpretarla, descubriendo lo que trata de decirnos, qué mensajes quiere transmitirnos.
Una función del sueño es comunicar una verdad literal o simbólica. Cada sueño formula una pregunta profundamente significativa: si se responde a esa pregunta, a menudo continúa sugiriendo al soñador cómo resolver el dilema expresado en sueños. Utilizamos el mensaje manifestado siempre viéndolo como una puerta abierta.
Los sueños son reparadores y en ellos el inconsciente canaliza su fuerza para curar.

Soñar es abrir una puerta en la mente.
Que tengas dulces sueños.

Fuente Libro: Origen de los sueños – Un análisis transgeneracional.

Fuente imagen: @m_melgrati

Autora: Marian Roig Estellés.

 

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