Definición: Inflamación de la conjuntiva por la acción de agentes infecciosos, alérgicos, virales o parasitarios y que presentan escozor o picor, presencia de folículos, lagrimeo o fotofobia entre otros síntomas.
Técnico: 4 ª Etapa Embrionaria. Fase de curación de un conflicto de separación visual grave (córnea y conjuntiva).
Sentido biológico: Se ha producido una ulceración de la conjuntiva en la fase activa de un conflicto de “no querer ver lo que pasa” y en fase de reparación se produce una inflamación para recuperar el tejido perdido en la fase anterior.
Luego, en cualquier inflamación hay una lucha, y se relaciona con actitudes de enfado y frustración con lo que se ve en la vida.
Conflicto: Separación visual grave, “perder a alguien de vista” con enfado: “me irrita, me da rabia perder de vista a…”
No podemos soportar ver lo que vemos
«Nadie me protege de lo que veo» (también con noción de rabia)
Conflicto de engaño o incesto: “Rápido, mi conyugue no puede ver esto”.
Conjuntivitis primaveral o estival: Separación en un contexto de contacto con la naturaleza.
Conflicto de visión sucia de algo sexual (polen como células reproductoras)
Fuente: Diccionario Bio-Emocional .(Joan Marc Vilanova Pujó)
OJOS – CONJUNTIVITIS
La conjuntivitis es la inflamación de la membrana transparente que recubre el interior del párpado y el glóbulo ocular. Existe una relación directa entre la conjuntivitis y lo que veo. Inconscientemente, rehuso ver una situación o un suceso con el cual estoy en desacuerdo o que me hiere.Esto me lleva a vivir frustración, irritación y rebelión.
“¡No puedo soportar lo que veo!; ¡Me quema el ver tal cosa!”. Es como si mis ojos quisieran lavarse incesantemente la suciedad que veo en la situación que me hace enfadar. El resultado conlleva una hinchazón y un aturdimiento mental así como un desmadre emocional similar a la acción de llorar. Prefiero estar temporalmente ciego porque lo que veo me hace sufrir.
Tomo el tiempo de pararme y acepto contemplar esta situación que me molesta y me pregunto porqué es así. Me mantengo abierto y receptivo; así me evito volver a vivir conjuntivitis.
Fuente: El Gran Diccionario de las dolencias y enfermedades de Jacques Martel
CONJUNTIVITIS Y BIODESCODIFICACIÓN: ENFADO Y FRUSTRACIÓN VISUAL
para la medicina clásica la conjuntivitis está causada por virus, alergias, productos químicos, deficiencias higiénicas, proliferación de hongos y parásitos, o por el uso inadecuado de lentes de contacto. Sin embargo, el análisis de cualquier síntoma o enfermedad desde la Descodificación Biológica o BioDescodificación no se limita a observar la manifestación última y visible del problema sino que se centra en la búsqueda del conflicto emocional oculto que provoca y alimenta el síntoma; es decir, el conflicto no resuelto que hace que nuestro inconsciente ponga en marcha un programa biológico de adaptación y supervivencia, comúnmente conocido como enfermedad. Las manifestaciones de nuestra biología no son más que avisos de nuestro inconsciente de que albergamos conflictos emocionales activos que no hemos podido o sabido resolver o asimilar. Tomar conciencia de esto e identificar el conflicto latente supone el primer paso en el camino de la descodificación biológica del síntoma.
El inconsciente expresa en el cuerpo, a través de la biología, los conflictos emocionales no resueltos que nos han generado trauma, miedo, dolor. La exposición posterior a circunstancias emocionales similares a las del primer trauma hará que nuestro inconsciente active de nuevo el aviso y recibamos la señal sintiendo aquellas mismas sensaciones. Este es un signo rotundo de que el conflicto sigue activo. De manera que es fundamental comprender el sentido biológico de cada síntoma, de cada información o aviso que nos envía nuestro inconsciente por medio de nuestra biología, para tomar conciencia de la naturaleza y detalle del conflicto latente.
En general, los problemas que afectan a los ojos o a la región ocular, como es el caso de la conjuntivitis, ponen de manifiesto nuestra actitud y sentir con respecto a lo que vemos o con respecto a lo que nos gustaría ver y no vemos. Cuando lo que presenciamos nos provoca miedo, disgusto o temor, nuestros ojos lo manifiestan con dolor o irritación. Los ojos representan nuestra capacidad de discernir con claridad aspectos de nuestra vida, tanto del pasado como del presente o del futuro. Si algo nos causa rabia o frustración, o hay algo que preferiríamos no ver, nuestros ojos enfermarán, se irritarán y, de ese modo, nuestro inconsciente nos avisa del problema que estamos viviendo. Cuando la irritación alcanza un grado mayor, por ejemplo cuando hay queratitis, el conflicto que expresamos en nuestros ojos es de ira extrema, incluso de una agresividad apenas contenida hacia otra persona o hacia una situación particularmente desagradable. Unos ojos enfermos siempre indican falta de amor y de afectividad; la negativa o incapacidad para mirar a los otros o afrontar aspectos y situaciones de la vida con amor.
Eso que nos negamos a ver o que nos disgusta puede estar en nosotros mismos o en nuestro entorno. El mero hecho de considerar que no podemos cambiar aquello que vemos y nos desagrada, activa el programa biológico que acabará dificultando de diversas maneras la visión. Es biológico y, por tanto, inconsciente. Es un mecanismo de protección ante todo lo que nos pueda causar miedo, dolor, pánico, vergüenza o irritación. En definitiva, la negativa o el deseo de no ver los hechos tal como se presentan ante nuestra mirada.
La conjuntivitis manifiesta, por tanto, un conflicto visual. Unas veces, se tratará de un conflicto de separación por no tener cerca -al alcance de la vista- a una persona amada o a una persona necesaria o que nos infunde confianza para afrontar situaciones determinadas. La ausencia de esa persona nos causa dolor, inseguridad e impotencia. Otras veces, la conjuntivitis evidencia enfado y frustración porque no podemos evitar presenciar algo que nos duele. En estos casos, la conjuntivitis está asociada a frustraciones vividas con impotencia y con rabia. La persona que tiene conjuntivitis no se resigna, no acepta.
La descodificación biológica de la conjuntivitis nos aporta más datos para llegar al fondo del conflicto que está viviendo la persona. Cuando es sólo uno de los dos ojos el afectado o uno de ellos muestra más síntomas que el otro, debemos considerar que el ojo izquierdo representa lo que vemos de nosotros mismos. Por tanto, cuando la conjuntivitis afecta única o principalmente al ojo izquierdo es porque la persona que la sufre siente rabia, enfado, frustración o impotencia sobre algo de sí misma, ya sea su actitud o su propia imagen. Sin embargo, cuando el ojo afectado es el derecho es porque el conflicto procede de algo que vemos en el exterior y que nos causa enfado y frustración.
Por otra parte, las alteraciones en los párpados, siempre afectados cuando aparece la conjuntivitis, frecuentemente muestran conflictos inconscientes relacionados con nuestra propia identidad. También evidencian que sentimos como agresión algo que ocurre a nuestro alrededor. Esto suele ocurrir en personas muy sujetas a la influencia de los demás o de lo que ven; personas que no se permiten “cerrar sus párpados” o desconectar de eso que están viendo o de lo que otros les están mostrando. A veces, las afecciones de los párpados también muestran conflictos de enfado y frustración relacionados con nuestros seres más próximos.
Quien sufre cualquier tipo de conjuntivitis tiene que analizar al detalle las situaciones y personas que forman parte de su entorno y de su vida habitualmente porque debe obtener la conclusión de qué conflictos y contrariedades le causan, qué le gustaría ver y no ve, qué le disgusta de lo que ve, a quién le gustaría ver y no ve, qué le incomoda de su propia imagen o qué aspecto le causa irritación de las personas próximas. Es imprescindible que tome conciencia de qué situaciones o aspectos pueden estar alimentando su conjuntivitis. La toma de conciencia le permitirá contemplar esas mismas situaciones con un nivel de conciencia superior al haber hecho consciente el conflicto existente. Podrá comprender y podrá pasar a la acción sabiendo muy bien qué cambios puede y debe operar en su vida o en sus relaciones. De este modo, se liberará definitivamente de la conjuntivitis habiendo desactivado el conflicto emocional que estaba oculto.
Autor: Jesús Casla
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