Definición: Dolor de cabeza o molestia en general que se presenta en los tejidos del cráneo, huesos, músculos, vasos, etc. Sinónimo del común “dolor de cabeza”.
Técnico: 3 a Etapa Embrionaria. Conflicto de culpa y control.
Sentido biológico: Las cefaleas primarias (sin estar ligadas a otra enfermedad) responden a la dificultad de solucionar un problema por medio del intelecto.
Como es necesario aportar más nutrientes al cerebro, se produce una vasodilatación.
Para las cefaleas secundarias ver el sentido y los conflictos de la enfermedad que la provoca.
Conflicto: Conflicto en relación con la actividad cerebral
Culpa y control (exceso o déficit) de una situación concreta.
Personas evasivas, que viven de sueños, sin afrontar la realidad.
Se instalan en la negación y repiten que no pasa nada, que no hay problemas, que no vale la pena preocuparse.
“Tengo problemas, pero no es para tanto».
«Al fin y al cabo no es tan grave, no vale la pena preocuparse». Personas apasionadas, que no saben contenerse
Personas cerebrales, intelectuales y muy mentales, Perfeccionistas, muy exigentes, con afán de superación, que no se conforman con nada
Cefaleas en racimo: Conflicto de impotencia y desvalorización intelectual en el clan o en el grupo. “Me desvaloricé al poner la cara por alguien de mi clan”
Fuente: Diccionario Bio-Emocional .(Joan Marc Vilanova Pujó)
CABEZA (dolores de…)
Hay varias causas a los dolores de cabeza. Por ejemplo, el estrés y la tensión cuando me esfuerzo tanto como pueda “para estar” de cierto modo o de “para hacer” tal cosa. El dolor de cabeza aparece frecuentemente cuando intento demasiado fuerte de realizar algo o cuando estoy obsesionado por esto que viene e inquieto por lo que me espera en el futuro. Vivo en este momento mucha ansiedad y preocupación. Así puedo reaccionar a fuertes presiones ejercidas por situaciones o acontecimientos que me rodean. Puedo vivir un sentimiento intenso de fracaso, duda, odio de sí que da vida a la crítica y, sobre todo la auto – crítica. Estoy cogido, “encajonado” en mi cabeza, no me gusta lo que veo, y me juzgo con severidad, dándome a mí – mismo “golpes de cabeza”. El dolor de cabeza puede provenir también de la negación y de la supresión de mis pensamientos y de mis sentimientos que creo inaceptables o desaprobados. O bien no tengo el valor de expresarlos, o sencillamente no los escucho, porque racionalizo, intelectualizo todo lo que vivo. “Esto está bien, esto está mal!”. Quiero quizás comprender demasiado, ir demasiado de prisa, querer saber o tener respuesta a mis preguntas en seguida. Pero el tiempo quizás no ha llegado aún y debo desarrollar mi paciencia y mi confianza en que todo sucede en el momento justo.
El dolor de cabeza expresa también emociones negativas que están “cogidas en la trampa”, en mi cabeza, tales como la inseguridad, el tormento, las ambiciones excesivas, la obsesión de ser perfecto, que causan una dilatación sanguínea. Finalmente, si tengo miedo de hacer frente a cierta realidad, podré encontrarme otro lugar en donde llevar mi atención y huir, esto siendo el dolor de cabeza. Un dolor de cabeza al nivel de la frente se referirá más a una situación en mi trabajo o vinculada a mi papel social pero si se sitúa lateralmente (cerca de las sienes), más bien es mi
lado emocional (familia, pareja) el que está implicado. Cualquier sea la causa, el dolor de cabeza está directamente vinculado a mi individualidad y debo aprender a ser más paciente y más flexible hacía mí y los demás. “Mis ideas son cada vez más claras”, y aprendo a dar el lugar que corresponde tanto a mi intelecto como a mis emociones, para alcanzar el equilibrio. Entonces estaré más en armonía conmigo mismo, me sentiré la cabeza más liberada y ligera.
El Gran Diccionario de las dolencias y enfermedades de Jacques Martel
BIODESCODIFICACIÓN – CEFALEAS
¿Qué es?:
El término cefalea hace referencia a TODOS los dolores y molestias localizadas en cualquier parte de la cabeza, en los diferentes tejidos de la cavidad craneana, en las estructuras que lo unen a la base del cráneo, los músculos y vasos sanguíneos que rodean el cuero cabelludo, cara y cuello.
Por lo tanto, una cefalea, es “un dolor de cabeza”.
La cefalea entonces, puede ser un síntoma sin importancia, o según su grado de dolor, un síntoma de algo más importante que se deberá revisar.
Con esto, tenemos los siguientes tipos de cefaleas:
Cefalea Tensional:
Es la más frecuente y el dolor se presenta en toda la cabeza o en áreas determinadas con una sensación de que “algo oprime” la cabeza. de manera regular. Suele producirse por contracturas musculares, estrés, ansiedad, cansancio, fatiga, etc. Es un dolor opresivo en banda que abarca todo el perímetro del cráneo.
Migraña:
Es una cefalea frecuente y produce ataques de dolor intenso, que de forma característica afecta solo a la mitad derecha o izquierda de la cabeza. Puede acompañarse de náuseas, vómitos y de una sensación pulsátil.
Cefalea en Racimos / Cluster / Histamínica / Horton / Hemicránea Paroxística:
Mucho menos frecuentes y en las que se produce un dolor extremadamente intenso.
Reflejan un síntoma de afección orgánica, especialmente la enfermedad de Horton, de algunas afecciones oculares, otorrinolaringológicas, dentales o reumatológicas (artrosis cervical). A veces son producidas por hipertensión arterial, intoxicación por monóxido de carbono, ciertos medicamentos (los vasodilatadores, por ejemplo), una fiebre, una hemorragia meníngea, una meningitis, un tumor cerebral, a un traumatismo craneano, a un hematoma cerebral post-traumático o a un aneurisma cerebral.
Entonces, tenemos que básicamente, existen 3 tipos de CEFALEAS:
1) Las de tensión.
2) Las de constricción.
3) Las sintomáticas.
¿Qué conflicto emocional estoy viviendo?:
Biológicamente, nuestra cabeza representa lo que somos, lo que pensamos.
Nuestros pensamientos, hacen de nosotros lo que somos.
Bien, una vez sabido esto, podemos concluir sin mucho problema, que cualquier cefalea, cualquiera, o dolor de cabeza, nos está diciendo e indicando que algo que “pensamos” no está bien. Que algo de lo que “somos”, no está bien. Que algo de lo que “hacemos” no está bien.
Podríamos compararlo con el fuetazo que necesita el “caballo” para enderezar el camino.
Por lo tanto, historias en las que buscamos dejar de hacer algo o cambiar lo que estamos haciendo, pueden dar lugar a cefaleas:
– Llevo todo el día bajo el sol y ya me quiero ir.
– He manejado por horas, necesito descansar.
– No quiero ir a….
– No quiero estar con…
– No quiero ver a….
– No quiero saber más de…
La mayoría de las cefaleas, tienen como causa principal una emoción de “ya no quiero pensar”. Y claro, del grado de la emoción, será el dolor.
Son unas ganas parciales de “desconectarse” de la vida, de alguna situación particular, de alguna persona en particular.
Se busca dejar de pensar, de analizar, de decidir. Se busca “descansar” mentalmente.
Y si bien la mayoría de las cefaleas obedecen a lo que estamos viviendo en el momento previo, hay muchos casos en que una memoria de nacimiento, puede estar implicada.
Como los casos en que la pelvis de la madre es muy estrecha y el cráneo del bebé queda atascado, con esto, se guarda la memoria de “Todo este esfuerzo tiene como fin un dolor”.
CEFALEAS EN RACIMO
En las únicas cefaleas en donde las historias emocionales cambian, son las cefaleas en racimo, (pudiendo ser cualquiera de ellas porque es la misma emoción).
En estos casos, la emoción primordial, única y que deberá buscarse y analizarse, será aquella relacionada con “sentirme impotente ante el clan” ó “sentirme desvalorizado ante el clan”. Ambos casos, en el ámbito de “intelectualidad”. La manera en que yo pienso, actúo, mis ideas, mis ideales, mis sueños, mis metas, etc.
Obviamente que dependerá de mi fortaleza en el carácter, de mi autoestima y la confianza que yo me tengo, para “ceder” ante una emoción así y dañarme tanto o salir de la situación.
Para que yo presente cefaleas en racimo, debo buscar historias en mi vida, en las que yo me sienta el tonto, el débil, el incapaz, el pobrecito y siempre parecidas a:
– Para mis padres, lo que yo hago no importa.
– Para mi padre, si yo no estudio tal carrera, soy un perdedor.
– Mi familia no cree que yo pueda decidir esto o lo otro.
– Mi familia siempre decide por mí.
– Mi familia jamás confía en mí.
– En mi familia ni mi pareja ni mis hijos me respetan.
– Dice mi madre que mi manera de pensar es de perdedores.
Y algo importante, en los casos de cefaleas en racimo, puede haber un hecho especial, que también es un extraordinario detonante:
– El que yo haya puesto la cara por alguien de mi familia y que gracias a ese hecho, yo me haya sentido poca cosa, poco valioso, débil, tonto.
Deberé analizar si defendí a alguien de mi familia, si me pelee con otros por alguien de mi familia, si alguien se burló de mí por haber hecho algo en nombre de la familia o de alguien de la familia, etc.
Con todo esto tenemos claro, que más que las cosas que pasen a mi alrededor o con los míos, será importante “mi manera” de vivir las cosas, de defenderme ante lo ocurrido, de mi fuerza para defender lo que pienso, etc.
Si yo vivo todo desde el papel de víctima, obviamente los dolores serán intensos, fuertes, constantes o permanentes. Sólo depende de mí y nada más de mí.
Debo analizar a profundidad el tipo de relación que mantengo con las personas a mi alrededor, lo que hago a diario pero sobre todo, debo analizar si yo merezco que me desvaloricen.
Debo también ser más consciente de que muchas situaciones son como son y no debo sufrirlas, como el tráfico, el sol, un día de pesado trabajo, un proyecto. Porque si soy de las personas que ante cualquier contrariedad me rindo, me enojo, me estreso, pues ya mejor me acostumbro a mis dolores y dejo de quejarme.
Las cefaleas no llegan “porque sí”, nos están indicando que “queremos alejarnos de algo”, así que no me queda más remedio, que buscar ese “algo” que me provoca la emoción de querer huir, evadirme, dejar de pensar, etc.
Fuente; Akasha Sanación Integral
Biodescodificación de las Cervicales: