Aprender a escuchar y respetar al propio cuerpo es un proceso que requiere paciencia y compasión.
Puedes comenzar prestando atención a tu cuerpo mientras lees la siguiente lista.
Lee lentamente y vuelve atrás cuando sea necesario.
• Anota las cosas de tu vida que te resultan difíciles, dolorosas, felices, etc. A medida que surgen, fíjate en tu respiración, tu ritmo cardiaco y tus sensaciones corporales.
¿Cuáles son? ¿Dónde están?
• Presta atención a cómo sientes tu cuerpo.
¿Sientes entumecidas algunas partes? ¿Cansadas?
¿Tienes ganas de llorar?
¿Algunas partes tuyas sienten deseos de llorar?
Esos sentimientos son tu sabiduría corporal. Forman parte de tu guía interior.
• ¿Cuál es tu imagen de ti misma?
¿Cómo crees que te ve el mundo?
¿Y tú, cómo te ves?
¿Calzan esas imágenes?
Muchas mujeres, a lo largo de años de permanente insatisfacción con su cuerpo y constantes dietas, se crean una imagen no realista de sí mismas.
Algunas se sienten mucho más gordas de lo que son realmente. Pero las mujeres que están conectadas con su guía interior suelen parecer más altas y más imponentes físicamente de lo que indica su talla real.
• Observa cómo le hablas rutinariamente a tu cuerpo.
¿Qué piensas cuando te miras en el espejo cada mañana?
¿Te criticas la cara, las piernas, el cabello?
¿Pides disculpas a los demás por tu apariencia?
¿O le das mensajes positivos a tu cuerpo, como por ejemplo: «Gracias por digerir la cena de anoche sin ninguna intervención consciente por mi parte»
Cultiva el vínculo existente entre la boca y los oídos —y el resto de tu cuerpo— para acostumbrarte a OÍRTE.
En su libro Your Body Believes Every Word [Tu cuerpo se lo cree todo], Barbara Levine habla de una amiga que siempre sentía dolor en el recto durante la regla. Le preguntó si consideraba la regla «a pain in the ass».* La amiga la miró sorprendida y reconoció que, en efecto, así era como consideraba la regla.(un dolor en el culo).
• Presta atención a tus pensamientos y observa cómo afectan a tu cuerpo.
• Observa qué necesita tu cuerpo día a día.
¿Tienes hambre? ¿Tienes que ir al lavabo? ¿Estás cansada?
¿Por lo general no haces caso de tu cuerpo?
• Comprende que tu salud está en peligro si constantemente minas ciertas partes o funciones de tu cuerpo.
Si un compañero de trabajo está resfriado, minas automáticamente la capacidad de tu cuerpo para estar sano si te obsesionas pensando a cuántos gérmenes estás expuesta. Más bien dile a tu cuerpo:
«No te preocupes, sé que tienes la capacidad de estar sano cuando te proporciono una excelente nutrición y descanso».
• Observa qué temores tienes respecto a tu cuerpo.
¿Evitas tocarte los pechos por miedo a encontrarte bultos? En lugar de eso, aprende la anatomía de los pechos y a tocártelos con respeto y amor.
Puedes transformar y sanar toda tu relación con ellos.
• Observa si hay partes de tu cuerpo de las que has renegado. ¿Cuáles son? ¿Consideras «inaceptables» algunas partes de ti misma?
Una paciente mía tuvo frecuentes dolores abdominales hasta los 35 años. En su familia aprendió que era totalmente inaceptable que una mujer expulsara gases, aunque estaba bien que lo hicieran su padre y sus hermanos. Así pues, en lugar de permitir que el gas intestinal saliera de su cuerpo cuando era necesario, lo retenía hasta el punto de causarse dolor abdominal. Una vez que comprendió que había renegado de toda una función corporal natural, aprendió a permitirla y se le acabaron los dolores abdominales.
• Cuando experimentes una sensación corporal, como un dolor de espalda, «una reacción visceral», un dolor de cabeza o un dolor abdominal, préstale atención y ve si logras descubrir la situación emocional que podría haberlo activado. Niravi Payne enseña a sus clientes un nuevo vocabulario de capacitación sintomática.
Por ejemplo, en lugar de decir: «Me duele el estómago», di: «¿Qué me está costando digerir?».
Las emociones como la rabia, o cualquier otra que tal vez consideras inaceptable o te resulta difícil experimentar directamente, suelen afectar al cuerpo.
Cuando te surja una sensación corporal, deja de hacer lo que estás haciendo, túmbate, respira y espera con tu síntoma, tu emoción o tu sentimiento. Tal vez te sorprendan los demás sentimientos, sensaciones o percepciones que te surgirán.
El doctor John Sarno, especialista en medicina y rehabilitación física en el Instituto Rusk de Nueva
York, y autor de Mind Over Back Pain y Healing Back Pain, tiene un éxito del 75 al 85 por ciento en el tratamiento del dolor de espalda y otros trastornos relacionados, como el dolor de cuello y la fibromialgia, a todos los cuales él llama «síndrome de miositis por tensión». El doctor Sarno señala que la personalidad de quienes tienden a sufrir de este síndrome se caracteriza por una minuciosidad, una responsabilidad y un perfeccionismo exagerados (esto no es lo mismo que la personalidad de tipo A: ambiciosa y agresiva). Enseña a sus pacientes a librarse del dolor haciendo que relacionen sus emociones con sus síntomas y que le digan a su cerebro que han recibido el mensaje y que el dolor ya se puede marchar. Los resultados suelen ser asombrosos.
• Con regularidad ponte delante de un espejo y agradécele a tu cuerpo todo lo que ha hecho por ti. Observa qué surge cuando haces esto. Escribe la siguiente frase en un papel y pégalo en el espejo:
«Me acepto incondicionalmente, ahora». Yo suelo escribir esta frase en una hoja para recetas y se la entrego a mis pacientes con las siguientes instrucciones: «Di esta frase en voz alta frente al espejo, mientras te miras a los ojos. Hazlo dos veces al día durante un mes».
Puedes aprender a aceptar tu cuerpo incondicionalmente
ahora mismo, sea cual sea tu situación. Cuando hagas este ejercicio, descubrirás muchísimas cosas de tus «críticos interiores». Ponles nombres, como Esmeralda o George, por ejemplo, para no darte por aludida o no tomártelo tan a pecho la próxima vez que te critiquen o critiquen tu cuerpo.
Cuando no te tomes tan a pecho sus críticas, podrás decirles que se callen; incluso puedes optar por reírte de ellos.
• Recuerda siempre que el 90 por ciento de nuestras funciones corporales ocurren sin nuestra intervención consciente.
¿Quién nos mantiene el corazón latiendo?
¿Quién nos metaboliza los alimentos?
¿Quién nos dice cuándo necesitamos reponer líquido bebiendo agua?
¿Quién nos sana la piel cuando nos hacemos una herida?
¿Quién les dice a nuestros oídos que escuchen música hermosa?
¿Quién les dice a nuestros ojos que contemplen un bello paisaje?
Reconoce que tu cuerpo es un milagro y que su estado natural es la salud.
Dra. Christiane Northrup
Libro: Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer
6 comentarios sobre “APRENDER A ESCUCHAR AL CUERPO”
Gloria torres
( -11:28 pm)Es super interesante el articulo q compartes . muchas gracias, buscare el libro. Tambien me interesa conocer mas sobre la reconexion ancestral. Gracias d nuevo.
velia
( -9:54 am)Muy interesante su articulo y donde puedo conseguir mas informacion. Gracias
admin
( -7:02 pm)Hola como estás, revisa el material de la página, hay información que puede interesarte. Saludos. Namasté.
karina irma uriarte
( -12:43 am)muy bueno aprende a escuchar tu cuerpo .me sorprendí por q no puedo creer que aya demasiadas palabras coincidiendo con rimas de sabiduría biológica y sobre todo coherente!!es ver y escuchar muy poderosas palabras para ser humano q siempre creyó en una creencia unica en la vida q heredamos de quienes nos criaron.muy bueno!!???
María Teresa Pestana
( -8:32 pm)Hola, me parecen muy interesantes estos escritos, si me pueden responder, gracias.
admin
( -11:57 am)Hola María, cuál es tu inquietud, puedes escribir al +593999107413 o al correo: reconexionancestral@hotmal.com